Olesya bajó del autobús con dificultad. Bueno, ahí estaba, en la ciudad de donde era Andrey.
Se secó las lágrimas en silencio durante todo el camino. Su vida había terminado junto con la de Andryusha. Pero en dos meses tendría una hija.
La hija de ella y Andrey. Eso fue lo único que le impidió dar el paso definitivo. Se conocieron dos años después de que Olesya dejara el orfanato.
La niña estudiaba en una escuela técnica y trabajaba en el turno de noche en la fábrica. Claro, era imposible, pero si realmente era necesario, Andrey fue a su fábrica a instalar nuevos equipos.
Olesya sabía que un hombre rico había comprado la fábrica y que todo se había modernizado. La gente parecía contenta con los cambios, porque ya era peligroso trabajar con las máquinas antediluvianas, pero también estaban preocupados. Una escoba nueva, como sabemos, a Olesya también le preocupaba.
Un día, Andrey se quedó a pasar la noche. Era necesario ver cómo iba la instalación de la máquina. Los mecánicos locales aún no lo habían resuelto todo, y él estaba realizando una especie de entrenamiento.
La máquina de Olesya se convirtió en el sujeto de prueba. Después de que todo estuvo listo, Andrey se acercó a la chica varias veces más, avergonzándola terriblemente, pero al final del turno había desaparecido. Siendo sincera, Olesya suspiró aliviada.
Reaccionó ante este joven de una forma extraña. Después de su turno, salió corriendo a la calle. Ahora volverá a casa y dormirá un poco.
Hoy no hay necesidad de ir a la universidad, lo que significa un descanso largamente esperado. ¡Chica! ¡Chica! ¡Olesya! Se detuvo. Un coche circulaba lentamente a su lado.
¿Me hablas a mí? Andrey estaba en el coche. Bueno, claro que a ti. Sube, te llevo.
Olesya frunció el ceño. ¿O tal vez no vamos por el mismo camino? Él rió. Te lo aseguro, esto simplemente no puede ser.
Olesya no podía explicar por qué se había subido a un coche con un desconocido. Condujeron hasta la hora de comer. Olesya no quería dormir nada, y por la noche, al abrir los ojos y mirar por la ventana, vio enseguida un coche familiar.
Andréi dormía dentro, con un gran ramo de flores en su regazo. Desde ese día, prácticamente no se separaron. Tres meses después, Olesya se quedó embarazada.
Andréi le propuso matrimonio. «En cuanto termine mis asuntos aquí, iremos a mi ciudad enseguida. Te presentaré a mi madre y a mi hermano; son maravillosos».
No, primero tienes que contarles sobre nosotros. Me lo imagino, llegamos de repente. Aquí está mi novia, y también está embarazada…