Richard Burton y Elizabeth Taylor: una pareja que se convirtió en leyenda, un amor que encendió Hollywood y cautivó al mundo. Su historia, una de las más comentadas y fascinantes del panorama cinematográfico, fue un torbellino de pasión, escándalos y pompa, capaz de cautivar el imaginario colectivo en los años 60 y 70. Se conocieron en el rodaje de la taquillera Cleopatra (1963), él en el papel de Marco Antonio, ella en el de la icónica reina egipcia. Su química, explosiva dentro y fuera del set, dio vida a una de las historias de amor más famosas de todos los tiempos.
En aquel entonces, ambos ya eran estrellas consagradas: Elizabeth Taylor, con sus ojos violeta y su magnética presencia escénica, ya había conquistado Hollywood en películas como La gata sobre el tejado de zinc (1958) y Venus en el visón (1960), que le valió su primer Óscar. Richard Burton, actor galés de voz profunda y talento teatral, era conocido por su intensidad y sus viscerales interpretaciones. Se conocieron estando casados, pero su atracción mutua era tan abrumadora que no podía ignorarse.
La prensa los apodó “Los Escándalos”: su unión se convirtió en una sensación internacional, un culebrón de la vida real seguido día tras día por el público. Se casaron en 1964, en una ceremonia tan fastuosa como mediática, dando inicio a una década de pasión ardiente, discusiones, lujo y éxito artístico. Protagonizaron juntos once películas, incluyendo ¿Quién le teme a Virginia Woolf? (1966), que le valió a Taylor su segundo Óscar y a Burton una nominación. Sus papeles en la pantalla parecían reflejar, como en un espejo, la tempestuosa dinámica de sus vidas reales.
Tras un primer matrimonio turbulento, se divorciaron en 1974. Pero, como en las novelas, no pudieron separarse: se volvieron a casar en 1975, esta vez en privado. Sin embargo, este segundo intento también duró poco, con otro divorcio en 1976. A pesar de todo, el vínculo entre ellos nunca se rompió por completo. Continuaron admirándose, encariñándose, buscándose: un amor que nunca terminó del todo.
Hoy, Burton y Taylor son recordados no solo por su inmenso talento y sus inolvidables actuaciones, sino también por su conmovedora historia de amor. Un cuento de hadas moderno lleno de luces y sombras, que nos recuerda cómo el amor, especialmente bajo el foco de la fama, puede ser a la vez extraordinario y tormentoso. Un legado emocional y artístico que aún hoy conmueve.